Plas, plas, plas. Te lo mereces. Nunca he visto una demostración de sinceridad tal, con lo fácil que habría sido para ti hacerte la víctima. Tenías la sartén por el mango. Pero bueno se comprueba que no todas las cosas que por ahí se dicen son verdad y que las sartenes van pasando de mano.
Yo me quedo con eso de que cada uno haga las labores que quiera. Como diría un castizo: ¡ole tus huevos! ¿Te imaginas una pareja decidiendo lo que hacer?
- Ay no cariño, el baño déjamelo a mí que me entusiasma limpiarlo.
- Amor, no seas egoísta que lo quieres todo para ti. Vamos a echarlo a suertes.
En fin lo que yo te recomendaría es cortarte las uñas y bajar al mundo real, es una manera de crecer como persona. Que la gente no se fija en las uñas cuando vas en el metro a las 8 de la mañana. Claro, si te llevan en coche es más fácil.
Yo también hago muy poco, yo también soy consciente de ello, pero no se me caen los anillos si tengo que hundir mis manos en lejía. Y las tengo de pianista, ¿eh?. Y si en el camino se queda una uña qué levamos a hacer. Aunque entiendo que para ti sean más importantes. Yo veo una chica con media uña y ni mirarla a la cara, oye. No vaya a ser que me hable.
¡Ridículo!
martes, 13 de noviembre de 2007
Tres palmas
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