lunes, 26 de noviembre de 2007

Las relaciones: Un sabor agridulce

¿Por qué no la llamas tú si tanto quieres una respuesta? En vez de mandarle un SMS, si no contesta déjale un mensaje de voz, me parece una mejor opción. Otra pregunta ¿Por qué mandaste a que llamara tu amigo? Eso me suena a “miedo al rechazo”. En fin si ya decidiste dejarla en el olvido, me parece bien, no hay nada que hiera más que la indiferencia ¿No?

Sí, así es la vida, algunas veces se gana, otras se pierde. Como dices en una relación siempre hay golpes, y quizás siempre sale más herido quien da más de sí para la relación. Siempre ocurre, siempre hay alguien que ama más que otro, pero hay que lanzarse, debemos arriesgarnos, sino nuestra vida no estaría completa.

¿A qué te refieres con chico complicado? Más bien a mí me suena a “engreído”. Que no está mal, ¿A quién no le gusta que le engrían? Pero claro todo tiene límites. No siempre debo ser yo (aunque debería ser así) la que reciba todas las atenciones, la que decida a dónde ir, la que sea siempre complacida. En algún momento tengo que ceder, es una muestra de cariño, dejo de hacer algo (aunque te esté odiando en ese momento) para que tú estés contento, y no significa que se arme una pelea. Más bien se arma tremendo lío cuando no llegamos a un consenso: yo quiero hacer lo que me da la gana y tú también. ¿Cómo termina la historia? En una doble histeria: el chico grita y se molesta, las chicas gritamos más fuerte y luego viene el mar de lágrimas. Ahora, lo interesante es la reconciliación posterior. Es como una recompensa al fastidio. Unos días o semanas de tranquilidad, sonrisas, caricias, y luego una que otra pelea, así son las relaciones y sus altibajos, dulce y agria a la vez. Si no qué aburrido sería! Lo ideal es encontrar un equilibrio entre sensatez y sentimiento.

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