martes, 20 de noviembre de 2007

Mensajes a los soldados

Supongo que la distancia que supone un océano influye en este tipo de cosas como los bailes. Las caderas no se mueven tan bien en la vieja Europa, aunque del sur al norte haya diferencia. Cuando suena la música mi cuerpo a lo máximo que llega es a alargar de manera innata el brazo para pedir una copa. No hay nada mejor que tener algo en la mano: evita situaciones peligrosas.

El problema de bailar pegados (Sergio Dalma) no es evitar estar rígido como un soldado, sino que el soldadito es el que se pone de esa manera. Según la hora y el alcohol en la sangre te puede parecer una situación perfecta, sin embargo tu pareja en la pista no sé yo hasta qué punto lo verá así. Además si te parece una situación perfecta es que ya la coordinación no funciona tan bien como debería. Pero bueno, admiro a los bailarines y a las bailarinas sea cual sea la disposición de los ejércitos.

¡Ojo! Metáfora

Mientras espero un SMS que no llega, recuerdo las sabias palabras de un amigo: "esconde el móvil o te volverás loco". Lo peor es cuando ya lo estás, da igual que lo ocultes o no. Este no es el caso y la chica que tiene que contestarme o escribirme (ya no me acuerdo) no me provoca locura, sino curiosidad y atracción. Pero la confianza se alimenta, entre otras cosas, de mensajitos alentadores. El ánimo no sobrevive gratis, lo siento.

Y qué curioso que la confianza dependa en parte de los demás: mientras más confianza te muestran, más tienes. Y sin embargo mientras más tengas tú, más te mostraran. Es como si necesitaras la energía un plátano para llegar al árbol donde hay... más plátanos. Ea, un ejemplo de lo que no es un ejemplo claro y conciso.

En fin, que a ver si se le acaba la batería al celular.

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