lunes, 12 de noviembre de 2007

Excusas, excusas y solo excusas

Dalith, estaba leyendo lo que dices y me parece increíble como nos cuentas públicamente que no haces las labores de la casa por que "sientan mal a tu salud".

Perdóname, que no quiero ser ofensivo, pero te has llegado a creer las excusas que has inventado. Bien está que en una casa se repartan las tareas y que cada uno se encargue de unas cosas consiguiendo un equilibrio para que al final todo esté hecho, y nada quede pendiente.

Y eso está bien, pero lo que tu cuentas son solo justificaciones que tú, en un momento del pasado inventaste para justificar tu negativa a hacerlas, y que con el paso del tiempo has llegado a creerte hasta el punto de convencerte que no es que no quieras, sin que sientan mal a tu salud:


"
no lavo a mano porque la lejía puede maltratar mis manos, no aspiro ni acomodo los muebles porque se me puede romper alguna uña...".

A los hombres este tipo de excusas jamás se les permitirían,
y se diría que son lo que son excusas, aunque en este caso se añadiría la palabra "machistas" con la consiguiente connotación negativa que eso supone, pero en una mujer pueden estar justificadas.


Yo no soy precisamente machista y ni siquiera creo que las labores del hogar sean femeninas ni masculinas, sino que,
como decía antes, debemos contribuir todos por igual a conseguir el objetivo final y es que todo se haya realizado, y para ello creo que es bueno un acuerdo de lo que cada uno quiere asumir, hasta que llega la zona gris que nadie quiere y entonces es cuando hay que decidir que alguien debe llevarla a cabo guste o no.

Pues lo dicho, no se pueden emitir este tipo de excusas tan libremente y querer convencernos que en tu caso, como eres una mujer, están justificadas, y si las dijera un hombre... a la hoguera por machista.


Y te dejo con dos frases coloquiales: "O todos moros o todos cristianos", o dicho de otra forma: "o jugamos todos o se rompe la baraja".

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