Desde luego a veces es inevitable pensar que venimos de planetas diferentes. Porque si bien cada persona es un mundo, hay algunos tópicos que no por serlos dejan de ser verdad. Por ejemplo, la concepción de la amistad. Hemos podido comprobarlo.
No actualicé la historia de la chica que no me escribió más. Bueno, sabía dónde trabajaba (es camarera) así que me acerqué a verla el fin de semana pasado. Estaba programada como una visita corta, de pocos minutos. Lo suficiente para no ser un pesado pero comprobar si había alguna clase de explicación lógica.
Llegué con un par de amigos más. Al principio creí que no estaba, pero tardó poco en salir a servir copas. La vi, nos saludamos, 'hola, qué tal' y poco más. Me gustó que no fuera antipática ni maleducada. A veces, cuando intentamos huir de una persona (si ese era el caso) nos situamos varios pasos más allá de la indiferencia. Pero ella no, porque creo que es una buena chica.
En fin, tomamos nuestra copa y de perdidos al río. Me acerqué con el abrigo puesto (aquí hace ya mucho frío), le dije que me iba, que me alegraba de que estuviera bien (puesto que había desaparecido), pero que no sabía si quería seguir conociéndome o no. Fue directa, me explicó que en el intervalo en el que no volvimos a vernos empezó a salir con un chico. Hice el moonwalker (el movimiento de Michael Jackson hacia atrás) y adiós muy buenas.
Fue una decepción momentánea. Es un final poco agradable pero que por lo menos le da sentido a la historia. No nos hemos vuelto todos locos (del todo). Últimamente me cuesta sentir algo medianamente profundo. Para bien y para mal.
Esta noche saldré otra vez, mañana tenemos fiesta y es una buena oportunidad para encontrar el amor. Bah que es broma, ¡quién necesita amor! Y no me digas eso de que todo el mundo y bla bla bla. Como me dijo un amigo, yo creo en el amor cuando hay. Cuando no hay, el amor es una mierda.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Una poco de sentido común
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