lunes, 3 de diciembre de 2007

El cerebro del hombre ¿Homero Simpson?

Respecto al punto número 1, creo que tu amigo más bien mintió no para proteger a su novia sino por una especie de cobardía disfrazada.


Con respecto a la puntualidad coincido contigo. Particularmente soy bastante puntual para cuestiones laborales, si mi cita es a las 10 estoy 30 minutos antes en el lugar, pero cosa rara no sucede lo mismo con otro tipo de citas. Es más me demoro el triple y soy conciente de ello. Pero es que una quiere salir perfecta! Imagínate, maquillarse bajo presión! Terminaríamos como unos payasos y ni que decir del pelo, si no te lo secas bien a los 5 minutos pareces una leona! Insisto, todo el tiempo lo invertimos para vernos bien para ustedes, y claro encima reclaman por qué nos demoramos.

Ay, que machista eso de “no hay nada peor que una chica gritando por una jugada o un gol sin saber qué ha pasado”. Ya te dije que algunas si conocemos sobre el tema y sufrimos al igual que ustedes cuando la pelota se va al corner y cuando el árbitro cobra offsides sin razón alguna. ¿Ves que alguna noción tenemos? Claro que como somos mujeres nos emocionamos más rápido y gritamos.

La competitividad siempre es buena, y en ese punto discrepo contigo porque descubro que en aquello de “ejercicio individual” trataste de decir sutilmente que somos egocéntricas. Sí, claro que vas al gimnasio para verte bien…pero ¿Qué me dices de los hombres que se paran horas frente a los espejos del gimnasio a verse cada músculo del cuerpo? Las mujeres solo miramos 2 partes de nuestro cuerpo cuando nos ejercitamos, que imagino que sabes cuales son, pero los chicos tienen una tendencia narcisista extrema de observar hasta el músculo del antebrazo que absolutamente nadie se da cuenta que existe.

No creo que no pensar en nada sea una virtud. Es más me parece perfecto el ejemplo de Homero Simpson, así son ustedes, ¿En qué piensan? Cerveza, donuts, sexo, fútbol y dormir.

¿Cómo que no se pueden encontrar ventajas en las amigas? Las verdaderas amigas, y no las ocasionales, son para toda la vida y cumplen el papel de un paño de lágrimas cuando ustedes nos sacan de quicio. Fuera de eso, hacemos cosas divertidas que ustedes no entienden como hacer shopping, conversar de temas interesantes (realmente nos prestamos atención y no es como si le estuvieramos hablando a una pared), si salimos a una discoteca no terminamos tiradas en el suelo completamente ebrias sino que bailamos entre nosotras (cosa que los hombres no pueden hacer!), a partir de nuestras experiencias personales nos damos tips y consejos para la relación de pareja, y lo mejor de todo es que si una de ellas tiene novio ninguna se metería con el mismo muchacho, es una regla, cosa que en los hombres no sucede. Y si a ti te gusta aquél muchacho, hago de Cupido para que estes contenta. Así somos las mujeres, ustedes mejor sigan pensando en los donuts y la cerveza Duff…

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