jueves, 13 de diciembre de 2007

Los hombres también sabemos vengarnos

Mira que a mí no me gusta vengarme, pero esta ocasión lo merece. Es una manera de probar que no somos tan tontos, ni tan ingenuos. A veces hay que responder a las agresiones psíquicas. Ojo por ojo y diente por diente. Niños, no leáis esto que es inmoral.

Resulta que sin saber aún por qué (el finde pasado era el momento de desvelarlo), esta chica que conoce mi amigo me agregó a facebook. Pero yo no la conozco a través de él, sino de otra persona porque mi amigo es lo más torpe en tecnología que existe y ni siquiera tenía su email. Cuando me agregó le pregunté por qué me tenía en sus contactos y ella no supo contestarme. Me contó algunas cosas de su vida para ver si recordaba quién era... pero nada. La semana pasada, por casualidad, le enseñé sus fotos a mi amigo e increíblemente él la conocía.

Total, que como yo no llegué a verla, ella no sabe quién soy, ni yo de qué la conozco. Y a través de facebook poco a poco vamos hablando. Resulta que se apuntó a un grupo de fiestas internacionales en la ciudad. Y con la excusa de preguntar cómo eran esas fiestas y para practicar idiomas, hemos ido intimando un poco más. Ahora quiere conocerme, verme en persona. Ha picado.

Dentro de poco tendré la oportunidad (si no se echa atrás) de devolvérsela, aunque no establezca una relación entre lo que nos hizo y lo que yo le haré hasta que yo se lo diga jeje. Si fueras tú, y suponiendo que no me vas a decir que esto está muy mal y bla, bla, bla (además, las mujeres disfrutáis con estas cosas), ¿qué faena le harías? ¿quedar con ella y no aparecer, a su estilo? ¿o algo diferente?

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